¿Cómo se crea un barrio bien conectado?
Una ciudad bien vertebrada debe tener buenas vías de conexión entre los barrios para facilitar la movilidad y la calidad de vida de los ciudadanos, sin dejar de lado la sostenibilidad. Según recomienda la Escuela Superior de Diseño de Barcelona, “es importante proyectar bien las calles y las carreteras para que los ciudadanos se muevan sin problema de un lado a otro. Un punto básico es que esas comunicaciones hagan que las distancias entre un punto y otro de la ciudad se reduzcan al máximo”.
Todo más cerca
Entre esos puntos básicos donde es esencial reducir los tiempos de transporte y que determinan si un barrio está bien conectado, se encuentran las vías de acceso a grandes nudos de comunicación como las estaciones de tren de largo recorrido, estaciones de autocares y aeropuertos. Para conectar un barrio con estos puntos, es necesario que los ayuntamientos acometan obras de infraestructura que favorezcan el desplazamiento y reduzcan las distancias.
Este el principal reto de las ciudades que aspiran ser smart cities: evitar que los ciudadanos inviertan largos periodos de tiempo en desplazarse y minimizar el impacto de estos trayectos en el medioambiente. Por ello, no solo es necesario una cuidadosa planificación de las vías tradicionales como la red de autopistas y autovías, radiales, rondas y circunvalaciones, carreteras, vías locales y vecinales, etc., sino también de aquellas que sean respetuosas con el medioambiente y promuevan la calidad de vida de los habitantes.
Transporte público
La movilidad y la conexión sostenible entre barrios no se concibe sin una buena red de transporte público. Sin embargo, la irrupción de la pandemia provocada por el COVID-19 ha hecho que los ciudadanos vean con mayor recelo esta forma de desplazarse. Según datos de la Comunidad de Madrid, su red de transporte público registraba, a finales de 2020, 2,7 millones de viajes diarios. Es decir, la mitad del número de viajeros respecto al mismo periodo del año anterior, con una oferta de trenes y autobuses superior.
En la actualidad, la movilidad en la Comunidad de Madrid se canaliza a través de una red de transporte público de 26.230 kilómetros, con 42 operadores públicos y privados, 7.757 vehículos de transporte público circulando cada día, 697 líneas que conectan los barrios entre sí y 33.390 paradas. Para responder a las necesidades de una sociedad en constante evolución, la Comunidad de Madrid prevé ampliar la red de Metro con una inversión de unos 650 millones de euros. El objetivo es mejorar las infraestructuras de la movilidad para que cada barrio mejore su conectividad y ofrezca a sus habitantes la opción de diseñar su propio viaje aprovechando los diferentes modelos de transporte.
Carriles para bicicletas
La pandemia ha impulsado el interés de los ciudadanos por nuevas formas de movilidad menos contaminantes. En este contexto, la bicicleta se ha erigido como uno de los vehículos estrella. El año pasado, según el informe anual de la Asociación de Marcas y Bicicletas de España (AMBE), se vendieron más de 1,5 millones de unidades, un 24,1% más que el año anterior. La facturación superó el 40% de las ventas de 2019 y alcanzó un total de 2.607 millones de euros.
No cabe duda, de que la bicicleta, como vehículo no contaminante, debe formar parte de las nuevas vías de movilidad que conecten los barrios. En Madrid, hay buenos ejemplos de ello con infraestructuras como el Anillo Verde Ciclista, una circunvalación de 64 kilómetros que rodea el casco urbano de la capital. Este anillo transcurre por zonas verdes, pero también por vías urbanas, como autovías o vías férreas, que se atraviesan mediante la construcción de pasarelas. De esta forma, se incrementa la movilidad entre las zonas que conecta el anillo y la accesibilidad a otros barrios madrileños.
Corredores ecológicos
Los espacios verdes, además de mejorar la movilidad, tener un impacto positivo en la calidad del aire y proporcionar lugares de descanso y deporte a los ciudadanos, son una vía de conexión entre unas zonas de la ciudad y otras. Los corredores ecológicos cumplen con una función social importante ya que constituyen un factor de igualdad capaz de conectar al tejido urbano que tiene rentas más bajas, mejorado su conectividad y movilidad.
Un buen ejemplo de esta tendencia es el Plan Recorre de la Comunidad de Madrid que, a través de los Fondos Europeos, incluirá 23 corredores ambientales que se conectarán a lugares catalogados de interés comunitario en la región.
Madrid Sureste, una zona bien conectada
Madrid Sureste es un buen ejemplo de cómo combinar las vías tradicionales de conexión con aquellas más sostenibles para conseguir barrios bien conectados. En la primera categoría, la zona está rodeada por distintas arterias que aseguran su accesibilidad: las autopistas y autovías M-45, M-50, M-31, R-3, A-3, y la Línea 9 de metro. También hay que tener en cuenta la Gran Vía del Sureste, importante arteria municipal que unirá todos los ámbitos de la Estrategia del Sureste de manera sensiblemente paralela a la M-45.
La accesibilidad y conectividad con el Aeropuerto Madrid-Barajas Adolfo Suárez y la estación de Atocha son excepcionales, con unos tiempos de conexión de 16 y 12 minutos respectivamente.
Además, el Ayuntamiento está trabajando con las juntas de compensación para hacer una ordenación más moderna y sostenible. Su plan incluye el Bosque Metropolitano, un anillo verde de 75 kilómetros que bordeará Madrid con el fin de ofrecer barrios modernos y bien comunicados de forma sostenible.
En cuanto al transporte, el Ayuntamiento en colaboración con el Consorcio de Transportes está impulsando nuevas líneas de la EMT para El Cañaveral y ha aprobado definitivamente el Plan Especial de Mejora de las Redes Públicas en el barrio para remodelar el enlace con la M-45 y facilitar la conexión con Madrid y otros municipios.