¿Cómo será la casa del futuro?
La controvertida iniciativa de casas colmena, que propone la compañía Haibu 4.0 y que consiste en alquilar por 200€ unos habitáculos de tres metros cuadrados (“minihouses”) a personas de muy bajos recursos no es más que el reflejo de que el acceso a la vivienda sigue siendo un serio problema en España. Ingeniosa para algunos, pero indigna y reprochable para otros, esta iniciativa nos empuja inevitablemente a reflexionar en cómo revertir la situación y en cómo debería ser la vivienda en 2050.
Y eso es justo el objetivo de una encuesta elaborada por la inmobiliaria Aliseda, sobre cómo imaginan los niños la casa del futuro. Mal que mal, son ellos quienes residirán en esos inmuebles y también serán los arquitectos y profesionales encargados de diseñar y construir edificios cómodos y eficientes en todos los sentidos. Del estudio se extrae que la mayoría de los críos está lejos de querer vivir como abejas en una colmena, ya que una de sus convicciones es que las casas tendrán un solo gran espacio, con puertas o separaciones móviles para crear nuevos ambientes. Y los niños no van mal encaminados en cómo visualizan su casa, una auténtica smarthome bien evolucionada.
¿Qué es una casa smarthome?
Si bien los españoles hemos tardado unos años en emocionarnos con ellas, poco a poco, empezamos a abrazar la idea de tener una casa inteligente. Así, en nuestro país, un 39% espera vivir en una smarthome en los próximos cinco años, según el estudio “Smart Home Survey”, editado por Context. Una de las razones de sumarnos tan tarde a esta tendencia podría ser porque cerca de un 65% reconoce no entender sus características ni el funcionamiento.
La casa inteligente es una vivienda que incluye una red de comunicaciones que utiliza la tecnología y la domótica para automatizar tareas a través de al menos dos dispositivos y un smartphone. No se trata simplemente de conectar un aparato, sino de vincular el teléfono al resto de elementos como electrodomésticos, sistemas de seguridad, climatización, calefacción, etc.
La casa inteligente es una vivienda que incluye una red de comunicaciones que utiliza la tecnología y la domótica para automatizar tareas a través de al menos dos dispositivos y un smartphone. No se trata simplemente de conectar un aparato, sino de vincular el teléfono al resto de elementos como electrodomésticos, sistemas de seguridad, climatización, calefacción, etc. El objetivo es adaptar la tecnología a nuestro confort, seguridad, sostenibilidad, uso eficiente de la energía y respeto por el medio ambiente. Pero, ¿hacia dónde se dirige la casa inteligente?
Donde la tecnología la lleve
La tecnología se rinde a nuestros pies para usarla a nuestro favor. Por lo tanto, los límites de la smarthome dependerán de las incalculables fronteras de la tecnología. Todo empezó con Internet, luego las múltiples prestaciones del smartphone, del que cada vez dependemos más y podemos prescindir menos. Después, apareció la tecnología audiovisual con la smartTV, conectada a Internet, que nos permitió entrar de lleno en plataformas de streaming, Netflix y HBO, por ejemplo, y todo desde nuestro sofá. A partir de ahí, los avances han ido a velocidad de crucero y todo tipo de artefactos electrónicos han empezado a conectarse a nuestro teléfono y a nuestro ordenador, y a Internet, claro. Pero no solo eso: también se comunican entre sí, lo que se ha denominado el Internet de las Cosas (IoT).
La domótica tendrá tu casa impecable
La integración de la tecnología a nuestra casa nos permite comunicarnos con nuestra casa y dejarle unas indicaciones que guarda en su memoria. El resto corre por su cuenta. Esta es la domótica, la interconexión entre Internet y los objetos, que hace que posible que todo se gestione de manera eficiente, incluso de manera remota. El informe de Context desvela que a un 20% de los encuestados les gustaría beneficiarse de una casa inteligente para tenerla preparada cuando llega del trabajo. Programar la calefacción o el horno para hacer la cena nada más llegar; encender las luces y bajar las persianas cuando empieza a oscurecer; encontrar todo aspirado por el robot de limpieza, además de la lavadora a punto de terminar para que solo tengas que tender la ropa… O un frigorífico capaz de detectar lo que falta, pasando esa información a una lista que se puede obtener directamente en el móvil ahorra tiempo y dinero serán algunas tareas habituales de de la casa del futuro. Otro valor será la seguridad, ya que con sensores y cámaras inteligentes que se pueden controlar desde móvil, se sabrá qué está ocurriendo en casa, en tiempo real.
Un fuerte compromiso con el medio ambiente
¿Se te ha quedado encendida la calefacción? Si esto te pasara ahora, seguramente estarías agobiado por recibir la factura a fin de mes. Pero en 2050, no pasará nada, porque podrás desconectar cualquier objeto eléctrico de manera remota. Uno de los pilares de una casa inteligente, y que la domótica hace posible, es que se suma para cumplir uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) comprometidos para 2030 por Naciones Unidas: energía asequible y no contaminante. El diseño de casas supone un uso eficiente de la energía. Así la iluminación se adaptará en función de la luz solar y presencia de personas en casa, la calefacción y la climatización se pondrán en marcha según la temperatura exterior incluso si no estás en casa. Con bombillas de bajo consumo, diferentes sensores y dispositivos que se comuniquen con tu teléfono, te permitirán usar esa energía de manera responsable, la justa y necesaria, y cuidarás de los recursos naturales como el agua. Y, por supuesto, notarás la diferencia en el consumo y la cuenta de la luz.
Uno de los pilares de una casa inteligente, y que la domótica hace posible, es que se suma para cumplir uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) comprometidos para 2030 por Naciones Unidas: energía asequible y no contaminante.
4 Será sostenible, útil para hoy y mañana
Para hacer tu casa “más inteligente”, seguramente tendrás que realizar algunas pequeñas obras porque los sistemas domóticos requieren un cableado especial. Pero, en las casas del futuro, se incorporarán desde los cimientos de la nueva construcción para que así se contemplen la eficiencia energética y tecnología como parte integral de la casa. Este tipo de desarrollo satisface las necesidades actuales de todos los habitantes del planeta, sin comprometer los recursos del futuro, lo que se traduce en una casa sostenible o sustentable en el tiempo. También los materiales serán escogidos con mayor cuidado, para evitar emisiones contaminantes desde la construcción de la casa hasta su uso. Una vez más niños de la encuesta de Aliseda aciertan en su sueño de la casa del futuro, ya que imaginan que se construirá con materia prima ecológica (47,37%), reduciendo al mínimo el uso de plástico, de cuya acumulación ya empezamos a ver sus devastadoras consecuencias, debido al exceso y a la dificultad en degradarse (tarda unos 150 años).